viernes, 27 de mayo de 2011

EL INGLÉS EN ESPAÑA


Estudios corroboran que España se encuentra a la cola de Europa en el dominio del inglés. El 65% de los españoles reconoce no entender nada de inglés y aunque reconocen que es muy importante, sólo el 4% lo estudia. ¿A qué puede deberse esto?


            A pesar de que en España la enseñanza de inglés empieza en educación infantil, bajar la edad en la que se empieza a estudiar el idioma en cuestión no es suficiente, en mi opinión es mucho más importante la labor de los profesores, los materiales y métodos didácticos. Si bien es cierto, trabajar aspectos como la pronunciación  y la gramática es muy positivo y aconsejable en edades tempranas, lo que ocurre es que una vez finalizada la etapa de educación obligatoria, el estudio del inglés pasa a un segundo plano. Sólo aquellos que desean acceder a estudios post obligatorios se preocupan por seguir aprendiendo y mejorando su nivel de inglés.

            Por este lado, otra forma para subir el nivel de inglés en nuestro país y ascender en el ranking mundial, sería fomentar su enseñanza en los estudios superiores. Una vez superados los cursos de enseñanza obligatoria el aprendizaje del inglés parece carecer de importancia, y tan sólo es necesario acreditar mediante un examen, más bien básico a mi parecer, que se tiene un nivel suficiente para desenvolvernos en el trabajo. Y esto es lo que no se puede permitir en la formación de futuros trabajadores con estudios superiores, que además deben introducirse en un mercado de laboral en el que estas compatencias son fundamentales en el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior.

            Sin embargo el verdadero problema radica en el sistema educativo y en los fondos de enseñanza en España, puesto que actualmente, el que sabe idiomas es aquel que ha podido pagarselos. ¿Cuántos casos hay de españoles, jóvenes y no tan jóvenes, que para aprender inglés recurren a trasladarse a Inglaterra u otro país anglosajón para trabajar como camareros o recogiendo fresas? Si bien es cierto que muchos son los jóvenes que  se benefician del programa de becas que el Ministerio ofrece, y que consisten en una cantidad en torno a los 1700 euros para gastar en el extranjero, durante una estancia mínima de 3-4 semanas, que muchos de ellos consideran unas vacaciones pagadas.

            Aún así, aquellas personas que han estudiando inglés en el colegio o el instituto, a pesar de llevar bastantes años de inglés a sus espaldas nunca han aprendido el aspecto oral, que es lo realmente necesario en en mundo laboral: la habilidad de comunicación, en lugar de la exactitud gramática.

            En conclusión, nos queda mucho por mejorar y aprender para llegar a la altura de países como Alemania, Suecia y una larga lista que sigue; y no sólo para ascender en mencionado ranking, sino para poder optar a mejores condiciones de trabajo, tanto en España como en el extranjero, ahora, en los tiempo que corren.


BIBLIOGRAFÍA


MOUSELAND

Thomas C. Douglas  fue un prominente político socialdemócrata canadiense que introdujo importante cambios sociales en su país, llegando a ser considerado el  “canadiense más grande”.  Una muestra de su carisma político la encontramos en este video que no por antiguo deja de tener plena vigencia.


                Es una descripción alegórica y crítica de nuestra sociedad, relatada en clave de humor, donde pone de manifiesto la miopía que padecemos la ciudadanía en general (ratones) que nos impide ver realmente los fallos de nuestro modelo  político y económico.
                Vivimos en la creencia de que gracias a la democracia que impera en nuestra sociedad somos dueños de nuestro destino y con nuestro sufragio ponemos o quitamos a los cargos públicos que rigen la vida de los ciudadanos, en función de su mayor o menor acierto.
                Pero esto es solo un espejismo. Cuando el partido de “los gatos negros” no da satisfacción a nuestras necesidades y su labor legisladora no hace sino indignarnos (palabra muy de actualidad en La Puerta del Sol), votamos al partido de “los gatos blancos”. Estos promulgaran nuevas leyes, con nomenclatura y conceptos diferentes, pero en la misma dirección, conduciéndonos de nuevo al hartazgo y el malestar inicial. Da igual “blancos”, “negros”, “grises” o “con manchas”, en un mundo cada vez más global, las ideologías tradicionales se difuminan de tal manera que no se distinguen unas de otras si no es a nivel teórico, porque en plano práctico las consecuencias  son semejantes indistintamente de la ideología.
                Diariamente los periódicos o los informativos nos cuentan de qué forma, conceptos tan ambiguos como “los mercados” reaccionan positiva o negativamente ante algún hecho ocurrido en el otro extremo del planeta.  No menos importante es que Agencias de Calificación de gran prestigio internacional, suban o bajen la calificación de deuda soberana de un país con las consecuencias que ello reporta al mismo y por extensión a sus ciudadanos.  Las mismas que no supieron pronosticar la actual crisis económica, ¿falta de pericia o manipulación mal intencionada? Otra gran incógnita es la que se plantea  al intentar comprender como los grandes bancos, responsables de manera importante de la crisis y beneficiarios de excepción de planes de rescate, siguen obteniendo pingües beneficios y repartiendo escandalosos ”bonus” entre sus altos ejecutivos.
                Estos son los auténticos “gatos gordos” de nuestra historia. A estos son a los que sirven los otros gatos, negros o blancos ¿que más da?, que alternándose en el poder no hacen sino perpetuar el actual modelo económico y social que hace “engordar” a la oligarquía que actualmente manda en un mundo cada vez más pequeño y globalizado.  Estos son los tecnócratas que cuando alguien se atreve a cuestionarlos  o proponer  cambios reales se apresuran a tacharlo de “comunista”, subversivo o visionario, por lo que merece ser proscrito, para  así eternizar su dominio.

BIBLIOGRAFÍA